Gestos de apoyo a la pronunciación (Monfort y Juárez, 1997)

Los gestos de apoyo a la pronunciación (Monfort y Juárez, 1997, p. 113), también conocidos como "gestos recuerdo" han sido y son, en la actualidad, una técnica muy utilizada en la intervención logopédica. Se trata de una serie de gestos que informan acerca del lugar de articulación, modo y posición de los órganos fonoarticulatorios. Según estos autores, esta técnica permite al niño mejorar la discriminación de los sonidos, almacenar estructuras fonológicas estables para la producción de palabras que ya emite o el acceso a otras nuevas. Y les facilita la elaboración de las representaciones abstractas de los sonidos, ya que se favorece la asociación entre la forma acústica del sonido y la producción del mismo.

Por tanto, hace posible la formación de un mapa fonológico consistente y preciso al verse reforzado el input auditivo mediante el uso de otro canal sensorial, el visual. Este apoyo visual en el entrenamiento fonético, refuerza su almacenamiento en la memoria y favorece la discriminación de los fonemas visibles, aún siendo algunos de ellos altamente confundibles por su punto de articulación, así como los no visibles.

Como se ha dicho al principio de esta entrada, este sistema de apoyo es una técnica y no un método de intervención. Y como tal, se trata de que el niño coloque y posicione su mano en determinados puntos específcamente estratégicos como pueden ser el cuello, las mejillas, los labios o la nariz; y en diferentes posiciones para mejorar la percepción del punto y/o modo de articulación de los sonidos.

Esta imagen hace referencia a los gestos de apoyo a la pronunciación propuestos por Monfort y Juárez en el año 1993. Sin embargo, pueden y deben ser adaptados a las necesidades y particularidades de cada niño, de tal forma que se refuerce su aprendizaje y recuerdo. La adaptación ha de llevarse a cabo de tal manera que exista una alta correspondencia entre el gesto y el punto, modo de articulación de los fonemas y/o posición de los órganos fonoarticulatorios.


¿Para qué lo usamos en la intervención logopédica?
  • En general, para la adquisición del conocimiento fonológico, necesario para el aprendizaje del lenguaje tanto oral como escrito.
  • Para la formación de mapas fonológicos en ausencia de información acústica, es decir en niños con discapacidad auditiva (déficits auditivos o sordera)
  • En dificultades de discriminación articulatoria, asociando la forma acústica del sonido y la producción del mismo.
  • Para el aprendizaje de la lectura, especialmente en dificultades lectoescritoras y dislexia, asociando el gesto, el fonema y el grafismo de manera simultánea. 
  • También en el aprendizaje normal de la lectura.


Referencias bibliográficas:
  • Monfort, M. y Juárez, A. (1997). Los niños disfásicos. Madrid:CEPE







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